viernes, 29 de mayo de 2015


Risa y felicidad

¿Sabías que en nuestro cuerpo se encuentran los mecanismos más asombrosos capaces de hacernos verdaderamente felices?

Posiblemente muchos de nosotros, en más de una ocasión, hemos podido comprobar como la risa nos hace olvidar los problemas, las preocupaciones y recuperar la alegría de vivir. Y si esa risa ha sido “bien reída”, además nos habrá ayudado a encarar situaciones adversas con mayor optimismo, creatividad, eficacia y valentía.

“O te ríes de la realidad, o la realidad se ríe de ti”


Cuando reímos plenamente, un gran número de sustancias cerebrales se ponen en acción haciendo que nuestro cuerpo y nuestra mente entren en un estado armonioso de relajación, felicidad y plenitud.
El bienestar y la felicidad que tanto buscamos, están ya dentro de nosotros, y se encuentran en nuestro cuerpo a nivel bioquímico. Nuestro cuerpo sí sabe como hacernos felices, y lo hace enviando a nuestra mente un mensaje de placer y alegría a través del mecanismo de la risa.

Endorfinas, noradrenalina, dopamina y serotonina son algunas de las sustancias responsables de llenarnos de creatividad, imaginación, tranquilidad, alegría, felicidad, entusiasmo... También la disminución del dolor y un sistema inmunológico robustecido, entre otros, son algunos de los regalos que generan unas buenas carcajadas de risa franca.

La risa, el secreto mejor compartido: diez claves para reír plenamente

¡Quiérete!

“La risa es el resultado de lo contento que te tienes a ti mismo”

Apreciarse, quererse, es el alimento principal para una risa plena, franca y saludable. Tú eres tu mejor amigo o tu peor enemigo. Sé tu mejor amigo, alimenta tu felicidad, apreciate y valórate. Cuando tú estas bien todo está bien, cuando tú estas mal todo esta mal. Nadie puede dar lo que no tiene. Establece una buena relación contigo y verás que no es una forma de egoísmo sino un estado auténtico del ser que se da a si mismo lo mejor haciéndolo extensivo a los demás.

¡Elige estar de buen humor!

“No somos responsables de la cara que tenemos pero si de la cara que ponemos”

Hazte responsable de tu propia felicidad. La palabra responsabilidad implica la habilidad de respuesta. Nadie puede ser feliz por ti, nadie puede reír por ti. Si decides sentirte triste nadie puede detenerte, si decides reír nadie podrá pararte. Tú decides a cada instante cómo actuar en base a tus principios consciente o inconscientemente. Si quieres reír plenamente, elige y decide estar de buen humor. Que tu risa y tu felicidad, no dependan de las circunstancias ni de las actitudes de los demás. Si alguien te regala una ofensa, sonríe y continúa con tu buen humor. Si la vida te pone a prueba, acepta el reto y continúa fortaleciendo tu buen humor.

¡Cuida tu cuerpo!
“Reír gozosamente es el mejor regalo que podemos transmitirle a cada una de nuestras células en agradecimiento por darnos la vida a cada instante”

Comienza cada día con una sencilla gimnasia natural. Estírate y desperézate consciente mente. Es una alegría bostezar amplia mente y estirar los músculos. Puedes ayudarte poniendo música y dejarte llevar con movimientos suaves de apertura. Al terminar inspira profundamente y exhala suavemente, llevando el ombligo hacia la columna. A la vez que espiras, repite mentalmente una afirmación de agradecimiento hacia todas las partes de tu cuerpo. No hay risa más viva y dichosa como la que se expresa a través de un cuerpo apreciado y cuidado.

¡Vive el presente!

La vida es vida aquí y ahora. El ayer y el mañana son mecanismos que te identifican con la mente.

En este momento, no podemos reír ayer ni podemos reír mañana, sin embargo sí podemos hacerlo ahora! La vida está continuamente en el presente. Algo que no podemos recuperar es el tiempo. Como lo invertimos o lo malgastamos depende de nosotros. Reír es vibrar con el instante presente y sentir plenamente la vida. Reír es comprender que la vida es un tiempo que poseemos, es entender que cada minuto que transcurre, no volverá. Vive cada instante como si fuera el último.

¡Disfruta de tus sentidos!

En nuestra vida cotidiana, ¿cuánto tiempo dedicamos a disfrutar con los cinco sentidos? Y del sentido común ¿qué? Ja, ja, ja, ja, ja.. ¿Cuánto tiempo usamos el menos común de los sentidos? Ja, ja, ja, ja... Son fuente de inmenso placer pero, en mi opinión, parece que los tenemos olvidados o estamos distraídos y no los utilizamos plenamente. Ver, escuchar, sentir, saborear... Y qué pasaría si un día nos faltara alguno de ellos?... Entonces por qué no prestarles más atención. Estimular los sentidos, son un modo de abrir puertas a la vida. Sentir que estamos vivos relaja la mente y engrandece el espíritu. Sal a la naturaleza y recréate con los colores aromas... Cada vez que comas ocúpate del acto de comer, saborea y recréate en todo ese proceso que alimentará tu organismo. Cada vez que camines camina, siente cada músculo que interviene en el movimiento de tu cuerpo, el acompañar de la respiración... Cada vez que escuches escucha. Para mí la música es uno de los mejores inventos. Si quieres reír plenamente es bueno que dediques tu atención en recrearte y disfrutar de lo que ya tienes. Usa plenamente tus sentidos. Acaricia más a los seres que amas... Vive cada instante como si fuera la primera vez.

¡Bendice!

“Tu risa comienza dónde terminan tus miedos”

La palabra “ben-decir” nos invita a hablar bien. Cuando bendecimos creamos sentimientos y estados positivos. Reír bien implica el hábito de hablar bien. Para reír usamos el mismo canal que para hablar. Nuestra voz, nuestras palabras tienen una frecuencia vibratoria. Hay palabras que te expanden, te elevan creando a tu alrededor entornos cálidos y llenos de vida. Hay palabras que nos secan por dentro y nadie va a querer escuchar. Una persona que bendice cuando ríe impregna el ambiente de regocijo y dicha con su risa. Observa, comprueba como en el simple gesto de decir sí, los labios muestran una pequeña sonrisa y el entrecejo se expande. Descubre el poder de tu risa a través de tus palabras. Habla con dulzura, usa palabras amables, cultiva la calma, la belleza, la indulgencia, la confianza, el cariño, la alegría, el entusiasmo, el optimismo...

¡Agradece!

En mayor o menor medida nuestra risa también depende de nuestra gratitud. Agradecer lo que se tiene es vivir más feliz con uno mismo y con el entorno. Cuánto más agradezcamos comprobaremos que más encontramos para agradecer. En mi opinión todas las personas tenemos motivos para sentirnos agradecidas, lo que sucede es que no nos paramos a pensarlo. Si estamos en la queja, en lo que no tenemos, lo que nos falta... es posible que creemos un círculo negatividad a nuestro alrededor. Habitualmente las personas que se quejan no hacen nada por mejorar. No se trata de conformarse, se trata de valorar lo que se tiene y con esta energía construir y aportar para entre todos crear un mundo más humano. Dar las gracias, por ejemplo, podría dejar de ser una palabra convencional. O usarla consciente y sinceramente. También es bueno darse cuenta que para sentir agradecimiento y expresarlo no es necesario esperar nada a cambio. Cuando damos para recibir algo a cambio entramos en el terreno de las relaciones comerciales donde intereses personales están por el medio.

¡Despierta tu niño interior!

“Nunca es demasiado tarde para tener una infancia feliz”

Ser auténtico, espontáneo, libre, divertirse y dar rienda suelta a la imaginación, son expresiones de nuestro niño interior. Independientemente de la edad que tengas, todos llevamos un niño dentro. Como adultos somos responsables de nuestra vida y eso conlleva la felicidad de nuestro niño. Como adultos nos olvidamos que la vida está llena de ocasiones para jugar. Haz que tu niño se sienta bien aunque eso signifique comportarse como no esperan los demás. Los niños no saben de lo ridículo, se lo enseñamos los adultos. ¿Serías capaz de descalzarte en la hierva de cualquier parque?, ¿Te dejarías mojar por la lluvia ese día que olvidaste paraguas?, ¿Aceptas sin rechistar todas las normas, o serías capaz de saltarte alguna?, ¿te obsequias diariamente con momentos para fluir con lo que te apetece realmente ser y hacer, o te sobrecargas de obligaciones?, ¿Cuándo fue la última vez que jugaste a reír por el pacer de reír?“Mientras que un niño ríe un promedio de 500 veces al día, el promedio del adulto es de 15 veces, con suerte”.

¡Ensaya tu risa!

“Ríe y el mundo reirá contigo, ronca y dormirás sólo”

Para reír, no necesitamos considerar la risa espontánea como la única posible. Depender de un estímulo exterior como un chiste o algo gracioso, reduce nuestras posibilidades de disfrute y gozo. La risa es la gracia, y ya está en nosotros. La risa por si misma, nos invita a vivir plenamente, nos expande y nos eleva. La risa es apertura, generosidad y voluntad de vivir concentrada en una carcajada. Así de sencillo. La risa no necesita de razones. Reír es la razón.

Para ensayar y potenciar el poder de tu risa:
Los siguientes ejercicios son sólo una muestra de un amplísimo abanico de posibilidades. Tener en cuenta que son ejercicios genéricos. Si se percibe dificultad (a pesar de un ensayo continuado en el tiempo) habrá que consultar el caso propio con un técnico o entrenador de la risa.

Realizar los ejercicios con tranquilidad y cariño, si exigencias. Una mente exigente tensa el cuerpo y no permite que se exprese la risa franca.

- Comienza con respiraciones profundas diafragmáticas. Ahora pronuncia sonidos tipo onomatopéyicos, pon especial atención el pronunciar consonantes, observa que el sonido salga de la barriguita.

- Respira rítmica y profundamente observando como tu ombligo se mueve al compás…mueve los brazos hacia arriba y ríe durante un rato, con fuerza y con total abandono. Repite este ejercicio durante dos o tres minutos. Ríe hasta conectar con tu risa más profunda, la que acalla y calma tu mente. Ensaya diariamente un mínimo de dos a tres veces al día, practícalo hasta que lo logres.

- Si sientes que tu risa está bloqueada y no puedes disfrutar de sus beneficios, el ensayo del siguiente ejercicio que he desarrollado te ayudará a “soltarla” de un modo eficaz. Siéntate sobre un suelo acondicionado (alfombra, mantita doblada) junta piernas y brazos reduciendo y cerrando el cuerpo en el gesto corporal más pequeño posible. Inspira por la nariz y llénate plenamente de aire (implica toda la barriguita especialmente la parte baja del ombligo), retén unos segundos centrando tu atención en la sensación del aire en la barriga, ahora déjate caer hacia atrás al tiempo que sueltas la presión abdominal soltando una gran carcajada. Descansa y repite intentando que cada vez sea más larga la carcajada. Ensaya diariamente un mínimo de dos a tres veces al día, practícalo hasta que lo logres.

¡Da lo mejor de ti, siempre!

"Sé el cambio que quieres ver en el mundo"

Cada día es una oportunidad para aprender a vivir y reír plenamente. Dentro de cada uno de nosotros ya se encuentra todo lo que necesitamos. Dentro de cada uno de nosotros ya tenemos vida, risa alegría, paz, ternura, felicidad. Tan sólo es necesario darse cuenta y decidirnos a expresarlo y compartirlo con los demás.

Inspírate con las palabras de la Madre Teresa:
A veces las personas son egoístas, ilógicas e insensatas... Aún así, perdónalas. Si eres amable, las personas pueden acusarte de egoísta e interesado... Aún así, sé gentil. Si eres vencedor, tendrás algunos falsos amigos y algunos enemigos verdaderos... Aún así, vence. Si eres honesto y franco, las personas pueden engañarte... Aún así, sé honesto y franco. Lo que tardaste años para construir, alguien puede destruirlo de una hora para otra. Aún así, construye. Si tienes paz y eres feliz, las personas pueden sentir envidia... Aún así, sé feliz. El bien que hagas hoy, puede ser olvidado mañana... Aún así, haz el bien. Da al mundo lo mejor de ti, aunque eso pueda nunca ser suficiente. Aún así... da lo mejor de ti mismo.

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