sábado, 13 de junio de 2015

Los caballitos de mar mueren de amor: ¿mito o realidad? 

Los caballitos de mar son una de esas especies que eligen a una pareja para toda la vida, una vez que ésta muere tarda poco tiempo en morir también el otro, no pueden vivir el uno sin el otro, por eso se dice que los caballitos de mar mueren de amor.

Los hipocampos desde siempre han mostrado una característica muy peculiar, su romanticismo, que no cambia a lo largo de su vida. Existen leyendas sobre este amor incondicional de los caballitos de mar.

Son animales que en el aspecto reproductivo mantienen una relación monógama muy estrecha, llena de un contacto físico repleto de auténticas caricias y “abrazos”. Su delicado baile sincronizado puede durar hasta 8 horas diarias y según los científicos sirve para que la pareja ensaye la fase posterior a la concepción, es decir la llegada de la descendencia.


La reproducción de los caballitos de mar es una de las más curiosas del reino animal. Los caballitos de mar buscan una pareja para aparearse durante toda su vida. El ritual de apareamiento comienza con el cortejo. El macho inicia una danza alrededor de la hembra produciendo chasquidos con el cráneo.  Cambian de color. La pareja se oculta entre los corales, esponjas o algas y ambos se sujetan con la cola. Luego se aventuran a flotar con las colas entrelazadas por el fondo de mar. Después, la hembra estira el cuerpo apuntando con la cola hacia abajo y la nariz hacia la superficie. En este momento, el macho retrae la cola y comienza a succionar y bombear agua por la bolsa del vientre. Después, el macho estira el cuerpo y une su vientre al de la hembra. La pareja se engancha cuando la hembra pone su órgano desovador en la bolsa del macho. Por este tubo salen de la hembra una serie de huevos que se depositan en la bolsa. Es ahí cuando el macho libera el esperma para fecundarlos. La mañana después del inicio del embarazo del macho, la pareja se reúne y realiza los primeros pasos de su ritual de apareamiento. Cambian de color, danzan y entrelazan las colas. Después de este saludo matutino, la hembra deja al macho durante el resto del día y regresa a la mañana siguiente para repetir el ritual.


Por eso nunca separes una pareja de caballitos de mar, están en peligro de extinción.

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